Packaging es un término de la lengua inglesa aún no recogido por la RAE. Es el nombre que utilizamos para referirnos al embalaje, envase, envoltorio, caja de cartón o etiqueta de los productos a la venta.
Pero no es solo eso. Es uno de los factores más importantes para la venta ya que el consumidor decidirá qué productos comprar justo cuando los tenga delante. Un packaging original y distintivo hará que el comprador lo visualice de manera más rápida y lo compre.
Ofrece toda la información que se quiere transmitir al consumidor. En comercio online es la carta de presentación y primera imagen que el comprador se llevará de la marca.
Otros factores como la reutilización, su diseño visual y facilidad de manejo, entre otras, le añadirá un valor final al producto.
Con un mercado cada vez más competitivo es primordial elegir el correcto para nuestros productos, de forma que nos diferencie de la competencia atrayendo al cliente potencial.
Sin duda el packaging y las cajas de cartón han pasado a tener gran peso dentro del campo de marketing y publicidad de todas las empresas.
Objetivos
- Proteger: el packaging protegerá el producto desde el traslado de fábrica hasta los estantes del punto de venta del daño directo o la apilabilidad en este. También del transporte del punto de venta a las manos del comprador.
- Marketing: es la primera imagen de la marca. Tanto el diseño en forma como gráfico seducirá al cliente a la compra y le hará atribuir un concepto directo sobre el vendedor.
- Informar: puede contener información sobre el producto: como se utiliza, como se abre, fecha de caducidad, ingredientes, qué contiene….
Tipos
- Primario: es el que envuelve primero el producto directo.
- Secundario: envuelve el packaging primario ya se para agruparlo en varias unidades o para darle mayor protección.
- Terciario: agrupa conjuntos de packaging secundarios para almacenamiento y/o transporte. Este dependerá del tipo de transporte o almacenaje ya que deberá adecuarse a las condiciones. Por ejemplo, el almacenamiento en frío requerirá un embalaje que aguante la temperatura y no se deshaga.
Cómo elegir un buen packaging
- Diseño o imagen: dependerá de lo establecido por la empresa o lo más acorde a su imagen corporativa. Siempre buscando diferenciarse entre la competencia para llegar al cliente potencial.
- Tamaño: es muy importante tener claro la medida del producto que irá dentro. También hay que diferenciar si contendrá el producto directo o bien un envase primero o secundario.
- Peso y fragilidad: un producto frágil o muy pesado requiere un packaging más resistente para que este no sufra daño.
- Condiciones a las que será sometido tanto en el almacenaje como en el transporte (frío, calor, presión, apilabilidad, exposición al polvo o la humedad, etc.)
- Canal de distribución: el packaging puede variar según si será enviado a un intermediario o bien al cliente final. O si será transportado por su propia empresa o una agencia externa. Si este es para el cliente final se debe destacar los aspectos más comerciales y la imagen.
- Debe ser fácil de abrir y utilizar siempre vigilando la inviolabilidad del contenido. Un packaging reutilizable tendrá un valor añadido y posibilidad de difundir la marca.
